Reconstrucción en 3D fue clave para dilucidar un homicidio

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Un hombre era juzgado por matar a otro de tres balazos en Despeñaderos. Un trabajo de la Policía Judicial demostró que actuó en legítima defensa.

 La reconstrucción virtual de cómo ocurrió un asesinato terminó siendo clave para la absolución de un hombre de 33 años, que era juzgado acusado de “homicidio calificado”. Tras difundirse en la sala de audiencias de la Cámara 5ª del Crimen, de la ciudad de Córdoba, el video en 3D de la escena en que se produjo el tiroteo, el fiscal Fernando Amoedo pidió alegar y solicitó que el principal sospechoso quedara libre de culpa y cargo, al entender que se trató de un caso de “legítima defensa”.

Se trata de una herramienta novedosa que de a poco se está instalando en la Justicia cor­dobesa, pionera en utilizar, a nivel nacional, este tipo de tecnología para investigar casos complejos.

Quienes tiene la difícil tarea de resumir todo un expediente en un video 3D, son los especialistas de la oficina de Reconstrucción Virtual de Policía Judicial. Según ellos definen, se trata de “una herramienta que dina­miza el juicio penal, permitiéndole al juzgador hacerse una idea más clara de los hechos: concede la posibilidad de representarse lo ocurrido, puesto que con un conjunto de anima­ciones, se recrea la escena, formándose una película virtual ajustada a las leyes físicas, así como al material probatorio obrante en las actuaciones”.

En este caso, en la Cámara 5ª del Crimen se juzgaba a Leonardo Miguel Galván (33), acusado de matar a Luis Godoy (30), en los primeros minutos del 24 de octubre de 2011. Según siempre argumentó el acusado, tres semanas después de salir de la cárcel, Godoy había ido a buscarlo a su casa de Despeñaderos para matarlo, ya que quería vengar una relación sentimental que Galván había mantenido con una expareja de Godoy.

Para ello, llegó junto a otras dos personas se dirigió a pagarle un arreglo electrónico a Galván. Cuando estos dos sujetos se retiraban, apareció Godoy con un arma de fuego dispuesto a asesinar al dueño de casa.

Fue entonces que, de acuerdo al relato de Galván, se produjo un forcejeo, él logró hacerse de la pistola calibre 22 que llevaba su atacante y terminó por matarlo. Para el fiscal de instrucción de Alta Gracia, Emilio Drazile, el comportamiento de Galván no encuadraba en “legítima defensa”, ya que, según entendía el funcionario judicial, al valerse del arma, mató a ­Godoy en lo que se consideró un nuevo episodio aislado del ataque previo.

El juez de Control concordó con el fiscal de instrucción y el caso llegó a juicio, mientras Galván reiteraba siempre la misma versión. Ante esto, sus abogadas defensoras, Patricia Soria e Ivana Rossi, solicitaron la posibilidad de que se realizara una reconstrucción virtual. Se trata de una solicitud que no es común, ya que por lo general quienes piden esta herramienta tecnológica son los fiscales o acusadores, no los defensores.

“La reconstrucción permite que un hecho estático del pasado pase a ser un hecho dinámico que va más allá de la imaginación de los jueces, fiscales o defensores. Se trata de un trabajo multidisciplinario en el que se analizan todas las pruebas y, a través de un análisis lógico, se ven las variables más adecuadas”, describió Amoedo, un fiscal que hasta ahora ha sido el principal impulsor de la utilización de esta novedad en los procesos judiciales.

“En este caso, la reconstrucción favoreció a los imputados, pero en otros no, sino que derrumbó coartadas, es que se trata de un análisis objetivo”, agregó.

El viernes, en la sala de audiencias los especialistas de la Policía Judicial presentaron la reconstrucción del crimen. Tras consultar a todas las partes que intervinieron en las diferentes pericias, lograron establecer cómo fue la escena en que Galván tomó el arma y disparó.

La discusión en el juicio era, justamente, establecer en qué circunstancias se produjeron los tres disparos mortales. “Era él o yo”, se había defendido Galván. Tras ver la reconstrucción y escuchar las explicaciones de los detectives de la Policía Judicial, el fiscal alegó y pidió la absolución, al entender que se trató de un caso de “legítima defensa”. La querella y la defensa también argumentaron con igual criterio y el Tribunal ordenó absolver a Galván.

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